Los poemas de Camen

Este blog nace del deseo de compartir los poemas de Amanda del Carmen Estrada González, en ellos descubrirás sus pensamientos, que aunque a veces ingenuos, muestran su irrevocable anhelo por mundo mejor, más libre, más humano.

Un lugar donde el amor supere a la codicia, como el motor que hace mover al ser humano.

Ella siempre llevo consigo ese mundo que soñó, y aunque murió sin visualizarlo convertido en realidad, vivió como si así fuera.

Quienes la conocieron, son portadores de la semilla de sus ideas, regalo que cada quien sabrá valorar. Y quienes no la conocieron, están invitados a descubrir una parte de su esencia a través de sus letras.


miércoles, 24 de marzo de 2010

HOMBRES NECIOS QUE ACUSAIS

Hombres necios que acusáis

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si la incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?

Con el favor y desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?

Más, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
...
Sor Juana Ines de la Cruz

El Romance de la Niña Negra

El Romance de la niña negra

Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en la puerta de su casa
estaba la niña negra.
Un erguido moño blanco
decoraba su cabeza;
collares de cuentas rojas
en su garganta dan vueltas.


Las otras niñas del barrio
juegan en la vereda;
las otras niñas del barrio
no quieren jugar con ella.
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en un silencio sin lágrimas,
lloraba la niña negra.


Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en un féretro de pino
reposa la niña negra.
A la presencia de Dios
un ángel blanco la lleva;
la niña negra no sabe
si ha de estar triste o contenta.


Dios la mira dulcemente,
le acaricia la cabeza
y hermosas alas blancas
a sus espaldas sujeta.
Los dientes de mazmorra
brillan en la niña negra.
Dios llama a los ángeles
y dice: "Jugad con ella".

Luís Cané, Argentina: 1897-1957

martes, 16 de marzo de 2010

MANITAS DE GUATEMALA

Manitas de Guatemala

Cinco dedos y un alma,
Por el valle y la montaña
Que me saludan al paso
En la tarde y en la mañana

Pañuelos de blanca risa
Que con su cara morena;
Gritan odios con la brisa
Que cubre la carretera.

Sonríe manita buena
Que mi camino bendices
Con tu saludo a mi pena
Adiós, adiós tu le dices.

Mano morena… alma blanca
Que agitas como mil flores
Y asoman en la barranca
Gritando adiós – dios – señores.

Quisiera uniendo las diestras
De alma blanca y piel morena
Bajar desde la montaña
Y llegar hasta la arena.

Coronar en ronda franca,
De voces de niños brisa
Y cantarle a nuestra patria
La ronda de la justicia

Manita que me saludas
Entre pinos y palmeras,
Uniéndote haces la ronda
Que gira en las carreteras.

Septiembre 1977