Los poemas de Camen

Este blog nace del deseo de compartir los poemas de Amanda del Carmen Estrada González, en ellos descubrirás sus pensamientos, que aunque a veces ingenuos, muestran su irrevocable anhelo por mundo mejor, más libre, más humano.

Un lugar donde el amor supere a la codicia, como el motor que hace mover al ser humano.

Ella siempre llevo consigo ese mundo que soñó, y aunque murió sin visualizarlo convertido en realidad, vivió como si así fuera.

Quienes la conocieron, son portadores de la semilla de sus ideas, regalo que cada quien sabrá valorar. Y quienes no la conocieron, están invitados a descubrir una parte de su esencia a través de sus letras.


viernes, 25 de junio de 2010

OFRENDA

OFRENDA

Señor, señor, yo te he andado buscando
mas hoy mi caminar no ha sido en vano
te he encontrado en el centro de la calle
y nada impedirá que yo te hable.
No sé si vienes hoy de la Merced
o tal vez de la iglesia San José
si vienes imagen milenaria,
de la Parroquia o de la Candelaria.

Para el caso Jesús, eres el mismo
aunque hoy vivamos en el veinte siglo,
eres Jesús imagen imponente
de ternura y piedad eternamente.
No quiero mi señor juzgues ingrata
la petición que hoy mi alma relata,
pero creo que tú señor amado
cuando me creaste te has equivocado.

Me as dado un ser tan chico, tan pequeño
y un corazón tan grande que aunque empeño
no puedo entre mi pecho sujetarle.
Señor, no sigas, déjame que te hable,
hoy que mi osadía superó el temor,
escúchame Cristo, oye mi clamor,
son tan estruendosas las palpitaciones
de este corazón que arde en emociones.

Mi corazón sufre hoy intensamente
ante la injusticia de la mala gente.
¿Porqué me lo diste? si soy poca cosa,
Dáselo a quien buena posición hoy goza,
dale éste retumbo que tengo en el pecho
a alguien que se ocupe de ejercer derecho,
a quien forme leyes y las ejecute,
antes de que el llanto mis ojos enjuten.

Arranca si quieres con mi vida toda
este amor tan grande que hoy me devora,
pónselo en el pecho a quien esté en alto
y que en el amor funde su mandato.
Quítamelo a mí que soy del montón,
pónselo al que tenga buena situación
porque yo sufriendo, nada puedo hacer
y en amargo llanto se va a deshacer.

Este corazón que palpita inquieto
hoy en holocausto a tus pies lo dejo
Cristo de amargura, Cristo de Perdón
acepta este humilde y triste corazón,
una oveja más de tu fiel rebaño,
que aunque no es muy blanca, hoy pide tu mano,
para que bendigas por tu gran bondad
a todos los seres de la humanidad

14 abril 1976

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